domingo, 21 de noviembre de 2010

La resistencia de los pueblos originarios

       La llegada de los europeos a América produjo muchos cambios en la vida cotidiana de los pueblos que habitaban estas tierras. La reacción de algunos indígenas frente al proceso de conquista fue rechazar al invasor y resistir, de manera violenta, la imposición de nuevas formas de sujeción.

      Algunas comunidades indígenas, cuyo modo de vida se basaba en la caza y la pesca, o en una agricultura basada en un permanente desplazamiento, ofrecieron severa resistencia a convertirse en mano de obra sedentaria y sujeta al trabajo de la tierra. Su resistencia, eventualmente bélica, se castigaba con la esclavitud, o con el trabajo forzado en encomiendas y repartimientos, o con el pago de impuestos perpetuos y que heredaban sus descendientes.

      A estos indígenas que resistieron a la presencia española con fuerza y determinación, se les acusó de caníbales y se les llamó indios Caribe, para identificarlos como enemigos y justificar así lo que fue denominado por los conquistadores como guerra justa, según la cual aquellos que se oponían a la extensión de la voluntad divina del Rey y de Dios se les podía enfrentar con una guerra. Otra justificación añadida resultó ser el hecho de que algunas prácticas rituales indígenas incluían el canibalismo, algo condenado en la creencia cristiana y que según su moral merecía ser condenado y castigado severamente.

      Este era otro mundo, y los europeos no se daban cuenta.

         El proceso de penetración en territorio americano comenzó violentamente y causó inevitablemente la destrucción del nativo. Los grandes imperios como el azteca y el inca fueron reducidos a la esclavitud y aunque no existen datos específicos se calcula que murieron millones de personas. El sometimiento de los imperios americanos aseguró a España el control de los grandes yacimientos de plata que requería Europa para impulsar su economía.

            Los pueblos Caribe, distribuidos entre las islas del Caribe y en algunas zonas continentales como Venezuela, eran los luchadores más feroces y hostiles de todas las comunidades originarias. En ocasiones acosaron a los españoles enfrentándolos bélicamente pues eran fuertes y expertos guerreros.

                     En Tierra firme, territorio que luego formará parte de lo que hoy conocemos como Venezuela, fue atroz el maltrato que se les dio a los nativos pues muchos de ellos fueron esclavizados para extraer las perlas de la isla de Cubagua. Una gran cantidad de indígenas morían ahogados o devorados por los tiburones, mientras que otros eran asesinados por resistirse a la tarea.

Fuente: Vive la historia de Venezuela. La llegada de los europeos. Editorial Santillana. 2008. (pág. 58 y 59)







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